Ecoturismo, deporte aventura y un paseo por la vida
salvaje; son parte de los atractivos vacacionales con que el Valle del Sol
espera a sus fieles visitantes, principalmente, aquéllos que la repletan en verano.
Variados panoramas ofrece para estas vacaciones de
invierno la Región del Biobío y dentro de la gama de ofertas, Quillón no es la
excepción, apelando siempre a su eslogan "Quillón todo el año".
Si bien es cierto, la oferta turística a mediados
de año es menor que en verano, siempre hay lugares que visitar, que mantienen
el encanto del reconocido Valle del Sol.
NATURALEZA SALVAJE
Uno de los atractivos más recomendados para grandes
y chicos es el Bioparque, un verdadero viaje a través de la vida salvaje de 47
especies de animales que han sido rescatados para ser preservados en un
ambiente libre y lo más cercano a sus hábitats naturales.
"Bioparque ofrece a sus visitantes no sólo una
visión general de animales que han sido rescatados de situaciones críticas,
sino también los acompaña un guía que les va haciendo una charla educativa, en
el transcurso del trayecto. Posteriormente, ellos pueden continuar recorriendo
otros lugares del centro que les hayan gustado más y tomarse fotografías, comer
en nuestro restorán o visitar nuestra área de juegos, en el caso de los
niños", contó Cristián Anguita, director del Bioparque Quillón.
Leones, tigres, aves de distintas especies, pumas,
carneros y llamas, entre otros 200 animales; son parte de los atractivos que
presenta este centro de la naturaleza, perteneciente a la Fundación para la
Protección de la vida silvestre.
El Bioparque estará abierto durante a estas
vacaciones de martes a domingo, de 11 a 20 horas y el precio de la visita es de
$4 mil adultos y $3 mil los niños.
ECOTURISMO
Si de preservar la naturaleza se trata, Quillón es
el puntal del respeto y amor por la flora y fauna nacional, bien lo saben
quienes vistan la Hacienda Canoa de Piedra, ubicada camino a Cerro Negro, a un
par de kilómetros del centro de la comuna.
Allí es posible realizar un recorrido entre árboles
de especies nativas, rodeado de un verdor relajante y respirando la pureza de
un aire libre de contaminación.
"Este es un campo de alrededor de 100
hectáreas, donde la gente puede venir a almorzar y degustar nuestra exquisita
comida típica chilena y recorrer nuestra granja, eso durante estas vacaciones
de invierno. Nosotros siempre estamos acá para recibir a la gente y hacerlos
sentir como en su casa, ese es nuestro sello, por lo mismo también aquí trabaja
toda la familia. Esto es nuestro pequeño paraíso y nos gusta compartirlo con
todos quienes quieren pasar un momento de tranquilidad y relajo", indicó
Paz María Pereira, dueña de Canoa de Piedra.
En el recorrido por este santuario de la
naturaleza, los visitantes también pueden encontrarse con llamas, emúes,
avestruces, burros, chivos, faisanes y gansos, entre otras especies; algunas de
ellas aptas para ser alimentadas e incluso, en el caso de las gallinas, se les
pueden sacar los huevos.
Canoa de Piedra también cuenta con cabañas
completamente equipadas para quienes buscar pasar sus vacaciones en contacto
permanente con la naturaleza. Este lugar estará abierto de miércoles a domingo,
desde las 11 horas.
SÓLO PARA INTRÉPIDOS
Más alejado de la zona urbana, ubicado en el sector
Liucura Alto, se encuentra el centro Ayekantun, un lugar apto para quienes
buscan una inyección potente de adrenalina. Allí se pueden encontrar extensos y
altos tramos para el canopy, el principal atractivo de dicho centro.
"Nosotros nos enfocamos al deporte aventura
como el canopy y aparte de esto tenemos muros para escalar y motos de cuatro
ruedas, con un recorrido determinado. Para vacaciones de invierno tendremos
abierto todos los días, la idea es que la gente nos busque por internet y nos
llamen para estarlos esperando. Este es un panorama apto para todo público,
sobre todo, para quienes buscan liberar el estrés de sus estudios o
trabajos", contó Scarleth Echeverría, instructora de canopy.
El entretenimiento está asegurado en Ayekantun,
palabra que en mapudungún significa diversión. Por lo mismo, quienes visiten
este lugar enclavado en los cerros del Valle del Sol no podrán olvidar dicha
experiencia. Lo único que no está permitido es tener miedo, ya que el recorrido
por los cables de acero se hacen con todas las medidas de seguridad exigidas.
Asimismo, la escalada de 11 metros de muro y el circuito de más de 500 metros
en cuadrimoto.
Ayekantun abrirá todos los días durante las
vacaciones de invierno y los precios del canopy van desde los $4 mil y $12 mil.
En cuanto al circuito de cuadrimotos y la escalada, ambos tienen un costo de
sólo 2 mil pesos.
Sin duda, variados y entretenidos panoramas
presenta Quillón para sus visitantes en vacaciones de invierno. Aventura,
relajo y contacto con la naturaleza es lo que más piden los visitantes para
volver a sus trabajos o estudios con las baterías bien cargadas. Todo lo que
precisamente ofrece el Valle del Sol, además de su evidente belleza.